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martes, 18 de septiembre de 2018

EL ANCIANO



Allí estaba como todos los días, sentado en el mismo banco del parque, como perdido en sus pensamientos, con su mascota que trataba inútilmente de interpretar su lejanía, tal vez sus recuerdos se remontaban a la familia feliz, que pudo haber tenido antes que el alcohol le minara el cuerpo y le nublara la mente.
Allí estaba con sus ochenta y no sé cuántos años, sentado en ese banco que le servía de lecho por las noches.
Varias veces quisieron llevarlo a un albergue, pero siempre se negó.
Algunos decían que hacía más de veinte que vagaba, y no digo mendigaba porque nunca se lo vio pedir.
La gente que a diario iba a pasear o a correr al parque, le llevaba comida, hasta un paraguas le alcanzo alguien en un día de tormenta. Lo usó y después de que se detuvo la lluvia, lo tiró al tacho de residuos más cercano. Parecía que nada tenía valor para él.
Su larga barba blanca, sus ropas raídas y sus pocas palabras, denotaban una vasta cultura, no parecía haber salido de los suburbios.
Los que le llevaban de comer le hacían preguntas, que el anciano contestaba a medias.
Un perrito blanco era su compañero de merienda y confidente. Algunos decían:
—Es un hombre de negocios, que después de una quiebra, se dio a la bebida.
Otros afirmaban:
—Esté pobre hombre abandonó su casa después del divorcio, y así comenzó a beber.
Lo cierto es que esa soleada mañana del viernes, no despertó. La mascota lo miraba y se paseaba alrededor del banco nerviosamente.
Su expresión, reflejaba una sonrisa, y descubría un nuevo rostro, plácido y feliz.
Pensamos que ya no sería un esclavo del alcohol... Y tal vez, estaría rodeado de todos los sueños y anhelos que en esta vida no encontró.
La policía retiró el cuerpo y nada más supimos de él hasta dos días después… El diario del domingo decía: “Sumido en la total indigencia, a los 85 años de edad, se lo ha encontrado sin vida en el parque San Martín, a Diego Fernández Partel, quien fuera el principal accionista del Banco Capital.
Los cinco hijos del anciano —todos de diferentes uniones— reclaman la herencia de las propiedades, que suman 16 millones de dólares”